martes, 11 de marzo de 2008

Impacto ambiental de los plásticos

En los últimos años, el consumo de plásticos ha experimentado un gran crecimiento debido a las innumerables aplicaciones que estos materiales tienen hoy en día. Pero a pesar de esto, la contribución que hacen a los residuos domésticos, es pequeña puesto que constituyen solo un 7% en peso.


Muy a menudo los plásticos se consideran como elementos de corta vida y que dejan gran cantidad de residuos. Esto hace que las cualidades que tienen los plásticos para satisfacer requisitos de larga duración se vean mermadas y no se aprecien. Estudios realizados en diferentes paises, han constatado que solo la quinta parte de los plásticos tiene una duración inferior a un año. La conclusión a la que se llega es que la cantidad de plásticos generados cada año, es inferior a la cantidad consumida, porque los artículos de larga duración necesitan de un año para convertirse en residuos. Como nota importante hay que decir que en Europa occidental se recuperan más de la quinta parte de los
plásticos usados, el 7% es reciclado y el 15% es procesado para recuperar su poder energético.


Para hacer una valoración profunda del impacto ambiental que los plásticos producen, no nos podemos limitar con ver los efectos ambientales que se originan en la eliminación final de los residuos, sino que hay que hacer un análisis
detallado de los impactos producidos a lo largo de su ciclo de vida. En este ecobalance se debe incluir tanto el consumo total de materias primas como la energía consumida en la producción, así como el transporte y la eliminación, emisiones, vertidos, etc.

Consideremos detalladamente algunas características que definen a los plásticos desde el momento que se producen, para más tarde llegar a una conclusión y poder evaluar en que medida son materiales contaminantes.

Si partimos de la producción, el plástico necesita menos recursos energéticos que otros sectores. Actualmente en Europa Occidental solo el 4% del petróleo es usado para la elaboración de plásticos, mientras que el 86% se destina al transporte, calefacción y energía. Si comparamos la cantidad de energía que se necesita para elaborar materiales de plástico o de vidrio, es importante señalar que para producir 1000 botellas de plástico se necesitan 100 kilogramos de petróleo, mientras que en la producción de vidrio se necesitan 230 kilogramos de petróleo. Esto quiere decir que en la producción de plástico se ahorra un 57% de la energía por unidad de envase, no por kilo.

El plástico, por su ligereza no produce gran impacto ambiental, en cuanto al transporte. Se puede ahorrar un 39% del combustible si el agua mineral se reparte en envasada en plástico, comparándolo con el vidrio. Este ahorro de combustible tiene como consecuencia que los niveles de contaminación atmosférica también disminuyan.

Vemos por lo tanto que en el caso del transporte, el plástico tampoco supone un gran problema de impacto ambiental. Vemos por último, que ocurre cuando se eliminan los residuos. En este caso los plásticos pueden ser también recuperados para su reciclado, como ocurre con otros materiales. El problema se centra en que, bajo el nombre genérico de "plásticos" se encuentran numerosos tipos que, en ocasione, no aceptan tratamientos homogéneos y exigen su segregación,
con los costos consiguientes. Debido a la complejidad de su estructura, son más difíciles de reciclar que otros materiales.


La recuperación energética de los plásticos es una vía practica, y muy utilizada en Europa, pero poco en nuestro país por la falta de infraestructuras de incineración de residuos. En este sentido hay que decir que aunque los plásticos constituyen solo el 7% de los residuos sólidos urbanos, producen el 50% de la energía recuperable, durante su combustión.

Los plásticos que segregamos selectivamente o aquellos que van al cubo de la basura y que tienen la suerte de ser procesados en centros de recuperación y reciclado, pueden ser reciclados, con las problemáticas antes enunciadas. Tras separar los diversos tipos y llegar a calidades homogéneas, el proceso de recuperación es sencillo. Lavado, triturado, homogeneizado, extrusión y granceado. Esta solución teórica no esta exenta de problemas, según el uso que haya tenido el material plástico, El usado en invernaderos puede llegar a tener niveles de suciedad que hagan inviable o no rentable estos procesos.

El principal problema para su reciclado, es la contaminación por otros residuos o materiales. Para poder someterlos al proceso de reciclado es necesario aplicar fuertes inversiones en tecnologías de lavado y separación, lo cual implica que el proceso sea costoso. Además, es necesario mencionar que hay determinados plásticos que por ser termoestables, necesitan de unos métodos químicos específicos que hacen incrementar aún más los costes. Por eso ante esta situación, y tras un análisis de ecobalance aplicado a las distintas opciones de gestión, está demostrado que el reciclado no es siempre la mejor opción.

Como siempre hay que tener alternativas para todo, también en este ámbito contamos con una opción no menos importante, que es la incineración con recuperación energética. Este sistema es también conocido como recuperación térmica y nos permite reducir considerablemente el volúmen de residuos sólidos que van a vertederos, y recuperar el valor calorífico de los plásticos contenidos en los residuos, que equivalen a combustibles como el gas natural o el fuel-oil. En estos procesos debe prestarse una especial atención a los posibles riesgos de emisiones en la combustión de dioxinas y furanos que suelen asociarse a materiales con cloro en su composición, lo que ocurre en algunos materiales plásticos.


Vemos, pues, ante todo lo dicho anteriormente, que es necesaria una normativa que regule las gestiones del tratamiento de plásticos. España es uno de los paises europeos que tiene más arraigada la utilización de los vertederos como solución ambiental al problema de los residuos. Por ello las vías de incineración son poco aplicables, siendo el
reciclado la única vía útil por el momento. Muchos vertederos no se ajustan a la totalidad de la actual directiva 1999/317/CE, y precisan inversiones y modificaciones. Es buen momento para revisar la actual política sobre vertederos dando una buen vía de recuperación a los residuos plásticos.

Estos problemas descritos anteriormente, derivados del vertido de residuos plásticos, están provocando un debate técnico, social y cultural en el ámbito mundial, que redundara en soluciones practicas de futuro, mejorando la recuperación de estos materiales y la protección ambiental de nuestro entorno.

Neumáticos, los más contaminantes

En España se generan unas 250.000 toneladas al año de neumáticos fuera de uso.

La fabricación y eliminación de los neumáticos, una vez usados, supone un grave problema medioambiental. Primero, por la elevada cantidad de energía que se consume en fabricarlo (medio barril de petróleo crudo para fabricar un neumático de camión) y segundo porque tras su vida útil acaban en vertederos incontrolados, con el correspondiente impacto en el medio ambiente.

Un neumático esta compuesto, en términos porcentuales, por:
  • Caucho 45%
  • Humo negro 21%
  • Metal 20%
  • Textiles 4%
  • Aditivos 8%
  • Oxido de zinc 1%
  • Azufre 1%
La recogida de neumáticos se realiza a través de gestores autorizados, puntos limpios de recogida de neumáticos o en talleres donde se asegure el tratamiento adecuado. Por lo general, empresas de reciclaje gestionan los neumáticos procedentes de los cambios realizados en los talleres.

Entre los métodos para la recuperación de neumáticos están:
  • Recauchutado
  • Pirolisis
  • Termólisis
  • Incineración / Valorización
  • Trituración criogénica
  • Trituración mecánica
  • Energía Eléctrica
  • Compostaje de fangos
Las aplicaciones de los neumáticos usados son variadas. Entre ellas tenemos el uso en ingeniería civil como en asfaltado de carreteras, aplicaciones relacionadas con absorción de ruido y vibración.

Pueden usarse también para fabricar alfombras, moquetas, aislantes de vehículos o losetas de goma.

Además, se utiliza para la construcción de pavimentos en usos deportivos, en campos de juego, suelos de atletismo o pistas de paseo y de bicicleta.

Los neumáticos enteros se pueden utilizar también para arrecifes artificiales, obras de refuerzo de taludes y muros de contención, entre otras.

Hay que tener en cuenta la valorización energética, utilización directa, como combustible de los neumáticos enteros o troceados, en centrales térmicas, cementeras y plantas industriales.